Wednesday, February 07, 2007

141 de ida, 122 al centro.

El, mirando a su alrededor, permeable a todo suceso cercano, a cada mirada perdida, a cada par de ojos encontrados. Sube al bondi, y ve. Un padre con su hijo, y una canasta llena de flores. Sabe Dios que no es fácil vivir de flores. Un nene en el semáforo, pidiendo una moneda. Una chica envuelta en las redes de texto de su celular. Una señora, de chango en mano saliendo del súper. Un flaco con cara de preocupado abrazado a un portafolios. Miles de bocinas que no paran de gritarse en Mitre y Santa Fe. Dos adolescentes rendidos ante la violencia de un beso eterno. Una plaza. Perros. Niños, pelotas, juguetes, corridas. El guarda del lugar cuidando el césped, manguera en mano. Prohibido pisar. Chicos felices, estudiantes serios, de esos que van como preguntándose el por qué del mundo.
Ahora hay una villa, miseria. Miseria? Que es la miseria? Aparentemente para algunos es el hecho de vivir en casillas con paredes de metal, con estructuras de palos, piso de suelo. Se cree que allí viven personas, que no saben muy bien en que momento del día podrán comer. Cuantas historias encierran esos pasillos, no? El se acordó de historias, de pibes y nenas, cogidos por sus padres, por sus madres, abusados en su ingenuidad, resignados por temor. También se acordó que eso no solo pasaba en la villa, que también había santos cogedores. Siguió el recorrido sin entender lo de miseria, porque pensó que miseria hay en todos lados. Mierda. Dos señores a su lado dijeron, “hay que hacer como los villeros, no laburá, tené cable, no te hacé mala sangre, y no pagas una mierda”. El prefiere seguir pensando. Y ve una chica, con una panza de 6 meses, con una vida de 13 años. Ve un pibe de ojos rojos, piensa en droga, piensa en afano. Esta seguro que no aspira de la misma, que aspira de la otra…
Se baja una señora. Se le adivina por su look, que es fan de Mirta. Lo mira al pibe, gesticula cara de olor a caca. Chau señora. Baja el loco, si, el de ojos rojos. Le mira las zapatillas. El piensa, automático, “villero de mierda”, y se da cuenta, prejuzga, y no es fan de Mirta. Ahora le toca. Timbre. Fin de su recorrido. Ahora quiere leer “El juguete rabioso”, y también quiere escuchar “Todos estos años de gente”. Fin de tu recorrido. Bajate. Chau