Saturday, July 16, 2005

El día menos pensado, suele ser un momento tonto.

Que son los sueños. En que pensamos cuando decimos imposible. Hay acaso un ranking, un escalafón de lo que se llama o dice inalcanzable? Hasta que punto lo imposible choca con lo mortal? Si fuéramos inmortales, si viviéramos eternamente, lo imposible, se alcanzaría? Este pensamiento quizás surge de que aquello que no es posible quizás fuera alcanzable con el transcurso del tiempo, eso que para nosotros es realmente finito, eso que nos condiciona, eso que nos hace mortales, el tiempo. Robar tiempo… Una metáfora que hace de una persona un asesino. Por qué? Porque robar el tiempo es ocupar espacios dentro de una vida, entonces todo aquel que nos robe tiempo es ni más ni menos que un asesino. Si nos dejamos llevar por cienos de películas anglo, o novelas policiales, los asesinos, por lo general, son inteligentes, meticulosos, obsesivos, pero en la vida cotidiana considero que los asesinos son todos esos estúpidos que nos caen mal, que nos hacen preguntas superfluas, que nos fatigan con sus observaciones, aunque sin lugar a duda los peores de todos son los que preguntan la hora en la calle. Nos matan de a tres segundos de nuestras vidas, para que le digamos la medición de nuestra vida misma. Y es en ese momento cuando lo que nos mata es una ironía. Y disculpen, si esto que leyó no le gustó, entonces mientras lo leía, yo lo estaba matando.
W.

Sunday, July 03, 2005

Silencio, gravedad.

Dos minutos. Dos minutos me llevó sentarme y crear un mundo. Todo, todo estaba al revés. Mi vida, mis sueños, mis cosas, las historias de esas rosas que quisieron, pero no pudieron crecer. Que digo? Digo tanto que casi ni digo. Mejor no digo nada. Y para que? Si acá estoy solo y el silencio me gusta, me sienta bien. Ma`sí … ME CAIGO EN EL SILENCIO!!! Y al caer lo rompo. Que idiota, sabiendo que estabas ahí, como un loco conciente te perdí. Solo por caerme en ti. Y ahora? Y ahora el ruido, y también el dolor. Todo lo que sube, carajo, tiene que volver, tiene que bajar. Y baja. Y mira. Mira, mira el todo, eso que lo rodea. Paredes, objetos, luces, puertas. Y risas desbocadas que traducen un momento feliz. Pero yo estoy raro. Rompí el silencio. Rompí ese momento conmigo, ese momento en el que me pregunto por qué sigo, si muchas de las personas que siempre quise ya no hablan mi lengua. Si muchas de las cosas que quise, ya las tuve, y no las quiero volver a ver. Así estoy. Caído en el piso, mirando y sintiéndome un asesino. Te maté, por Dios, te maté. Te apreciaba, te quería, te ansiaba y te necesitaba, pero a pesar de eso, caí. Esa real gravedad me obligó. Ella es la responsable, quien me manipulo para que haga lo que hice. Algo de lo que tanto me arrepiento. Ese crimen. Te maté por la gravedad. Por la gravedad del silencio.
W.